sábado, 15 de marzo de 2014

Quizás, Quizás, Quizás



Hola a todos, bienvenidos a la entrada 90. Últimamente he estado muy analítica y después de tanto pensar y pensar hoy me desperté con una ganas locas de escribir y compartir mis pensamientos, porque creo que alguien por ahí se sienta identificado o esté necesitando leer lo que tengo que escribir. Ok, sin más preámbulos comencemos.

No han tenido la sensación de que despiertan de un largo sueño, quizás no tan bueno, quizás no tan malo, pero si muy largo. Durante este sueño, ven las cosas pasar, resignados a un trayecto y creen que ese es su camino, que ese es su destino y poco a poco vuelven a dar un vistazo al recorrido y se dan cuenta que no era un sueño, que la vida paso en un abrir y cerrar los ojos y todo ese tiempo permanecieron dormidos.

Quizás el estudiar mucho, solo preocuparte por el desarrollo personal no te dio tiempo para el amor, quizás amar mucho y solo preocuparte en la otra persona no te dio tiempo para desarrollarte crecer como profesional. Quizás el miedo a la soledad te hizo creer que los espejismos del corazón era el amor verdadero, cuando realmente no había ningún fundamento para creer que podía existir una relación con personas que no te amaban o que no te merecían. Quizás el miedo al cambio te mantiene atado a un camino que crees que es tu destino, te obliga a toparte con la misma piedra, sin importar el tamaño o la forma, en esencia sigue siendo la misma piedra.

Quizás es hora de que te despiertes, dejes de culpar al destino por lo mal que te ha ido, cuando todo es causa y efecto de tus propias decisiones. Quizás ha llegado el momento de que te mires frente al espejo y te digas este soy yo, aunque no lo parezca o aunque nadie lo crea, estoy destinado ha ser grande. Soy el roble de mi propia vida, grande y fuerte ante las adversidades. Soy el constructor de mi propio camino el cual se hace con cada paso mío, con cada decisión mía no con los pasos que creen los demás. Soy el rayo de luz que acaba con la oscuridad iluminando a todo lo que me rodea. Soy el único que puede luchar por mi felicidad y esa es una batalla que no me puedo dar el lujo de perder, porque aunque otros luchen por mí, nunca va ser mi propia victoria y nunca va a ser mi verdadera felicidad.

Quizás debes dejar de buscar una motivación más allá de tu propio ser para dejar la mediocridad, la soledad, las malas decisiones o algún vicio, acaso no te has dado cuenta que no hay nada en el mundo más maravilloso que tú. Por ti gira el mundo, por ti se levanta cada día. No existe nadie muy tonto, muy viejo o muy malo por quien el día no comience tras acabar la noche. Quizás no te has dado cuenta que cada nuevo amanecer es tu redención para que puedas comenzar a ser feliz. Quizás es momento de que dejes tus miedos de lado, dejes de pensar que es muy tarde y te arriesgues a ser feliz no por el  bienestar de otros, sino por ti, porque lo vales.

Como dijo Nelson Mandela “…Nos preguntamos ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? En realidad ¿Quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo…”

Quizás es tiempo de que te olvides de todo tu mal pasado, mandes a la porra a los que te ilusionaron por el simple hecho de que podían y luego te dejaron de lado o a los que cuando te necesitaron te buscaron y cuando los necesitaste desaparecieron. Quizás llegó la hora en la que te propongas vivir y ser feliz y quizás para ello tienes que empezar a preguntarte que es lo que realmente quieres, que es lo que te haría feliz. ¿No lo crees?

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Con mucho cariño para ustedes

                             Jenn


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