Hola a todos, bienvenidos a la entrada 90. Últimamente he estado muy analítica y después de tanto pensar y pensar hoy me desperté con una ganas locas de escribir y compartir mis pensamientos, porque creo que alguien por ahí se sienta identificado o esté necesitando leer lo que tengo que escribir. Ok, sin más preámbulos comencemos.
No han tenido la sensación de que
despiertan de un largo sueño, quizás no tan bueno, quizás no tan malo, pero si
muy largo. Durante este sueño, ven las cosas pasar, resignados a un trayecto y
creen que ese es su camino, que ese es su destino y poco a poco vuelven a dar
un vistazo al recorrido y se dan cuenta que no era un sueño, que la vida paso
en un abrir y cerrar los ojos y todo ese tiempo permanecieron dormidos.
Quizás el estudiar mucho, solo
preocuparte por el desarrollo personal no te dio tiempo para el amor, quizás
amar mucho y solo preocuparte en la otra persona no te dio tiempo para
desarrollarte crecer como profesional. Quizás el miedo a la soledad te hizo
creer que los espejismos del corazón era el amor verdadero, cuando realmente no
había ningún fundamento para creer que podía existir una relación con personas
que no te amaban o que no te merecían. Quizás el miedo al cambio te mantiene
atado a un camino que crees que es tu destino, te obliga a toparte con la misma
piedra, sin importar el tamaño o la forma, en esencia sigue siendo la misma
piedra.
Quizás es hora de que te
despiertes, dejes de culpar al destino por lo mal que te ha ido, cuando todo es
causa y efecto de tus propias decisiones. Quizás ha llegado el momento de que te
mires frente al espejo y te digas este soy yo, aunque no lo parezca o aunque
nadie lo crea, estoy destinado ha ser grande. Soy el roble de mi propia vida,
grande y fuerte ante las adversidades. Soy el constructor de mi propio camino
el cual se hace con cada paso mío, con cada decisión mía no con los pasos que
creen los demás. Soy el rayo de luz que acaba con la oscuridad iluminando a
todo lo que me rodea. Soy el único que puede luchar por mi felicidad y esa es
una batalla que no me puedo dar el lujo de perder, porque aunque otros luchen
por mí, nunca va ser mi propia victoria y nunca va a ser mi verdadera
felicidad.
Quizás debes dejar de buscar una
motivación más allá de tu propio ser para dejar la mediocridad, la soledad, las
malas decisiones o algún vicio, acaso no te has dado cuenta que no hay nada en el
mundo más maravilloso que tú. Por ti gira el mundo, por ti se levanta cada día.
No existe nadie muy tonto, muy viejo o muy malo por quien el día no comience
tras acabar la noche. Quizás no te has dado cuenta que cada nuevo amanecer es
tu redención para que puedas comenzar a ser feliz. Quizás es momento de que
dejes tus miedos de lado, dejes de pensar que es muy tarde y te arriesgues a ser
feliz no por el bienestar de otros, sino
por ti, porque lo vales.
Como dijo Nelson Mandela “…Nos
preguntamos ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?
En realidad ¿Quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo…”
Quizás es tiempo de que te olvides
de todo tu mal pasado, mandes a la porra a los que te ilusionaron por el simple
hecho de que podían y luego te dejaron de lado o a los que cuando te necesitaron
te buscaron y cuando los necesitaste desaparecieron. Quizás llegó la hora en la
que te propongas vivir y ser feliz y quizás para ello tienes que empezar a
preguntarte que es lo que realmente quieres, que es lo que te haría feliz. ¿No
lo crees?
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Con mucho cariño para ustedes
Jenn
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