... hay mucho trecho |
Hola a todos mis estimados
lectores, estamos aquí conectados nuevamente en este fin de semana largo que
nos da una pausa para reflexionar en muchas cosas y yo quiero compartir una de
ellas con ustedes.
No les ha pasado que cuando
alguien les pide un consejo, como por arte de magia las respuestas salen de
nuestra boca, porque para nuestro entendimiento todo está más claro que el agua
y a veces nos ofuscamos al no entender como si es algo tan obvio el que pidió el
consejo no lo aplica.
Pero cuando estamos en una
situación similar, decimos que no sabes que hacer, pero en el fondo es una gran
mentira, si lo sabemos solo que no lo queremos aceptar y lo decimos realmente
para hallar otra salida más conveniente para nosotros sin sentir perdida o
sacrificio.
Esa es la realidad de la milanesa
si sufres de cirrosis quieres hallar lo que
te cure sin dejar de beber y fumar. Si sufres de obesidad quieres probar
un adelgazante que actúe por si solo sin necesidad de dejar de comer ni tener
que matarse haciendo ejercicios. Si te enamoras de una persona que no te
conviene o que no te corresponde igual quieres seguir enamorado de ella solo
quieres escuchar de alguien que te diga que esa persona si te conviene o que no
pierdas las esperanzas porque ya se dará cuenta que también te ama (según sea
el caso).
Hay soluciones obvias, pero lamentablemente
estas no son nada fáciles para quienes tienen que ponerlas en práctica,
preferimos vivir en una falacia porque es menos doloroso que afrontar la
realidad, alejarnos de lo que no cause placer y/o nos produzca una sensación de
sentirnos vivos.
Es aquí donde vemos el doble filo
del amor, sentirse amado es uno de los más potentes elixires de la vida, uno se
siente mejor, más joven, más feliz, es más productivo, los problemas se hacen
más pequeños, en fin el amor lo puede todo y sentirlo nos puede llevar a la
gloria. Pero a veces el querer conservar esa sensación nos ciega a la realidad y no nos deja ver que
el conservar ese “amor” nos puede dañar física y/o mentalmente, nos olvidamos
de nosotros mismos y creemos cosas que no son.
Como ya lo mencione hace poco en
otra entrada, no podemos perder el amor propio. Ok “el amor lo perdona todo”, ¿estás
dispuesto a sufrir humillaciones, agresiones o hasta engaños?
El amor es lo más hermoso que le
puede pasar a alguien, más si es correspondido y es un riesgo que vale la pena
tomar, pero si estamos dispuestos a jugárnosla hay que saber que como todo en
esta vida tiene límites que no deben ser traspasados porque traspasaríamos
nuestro amor propio. Think about!
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jennysworld1981@gmail.com
Con mucho cariño para ustedes
Jenn
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