Cuenta la leyenda que con los años nos vamos volviendo más sabios, quizás realmente solo más viejos, pero... ¿y que? viejo el mar y aún se mueve. |
Hola mis estimados, mis
estimadas, llegamos al mes de octubre, para los que me conocen, o los que han
estado atentos estos seis años, saben que este mes es muy especial para mí. El
motivo, bueno hace unos de días fue mi cumpleaños y como corresponde se debe
escribir una entrada de reflexión, así que como dice la canción, here we go.
Los números y yo tenemos una
relación peculiar, los asocio a hechos o recuerdos que en varias ocasiones
nadie más pueda encontrar relación y es ahí donde les doy personalmente una
connotación particular y es así como
cada nuevo número de año que cumplo, lo hace un cumpleaños especial.
Este año he cumplido 33 años,
como dicen por ahí “la edad de Cristo”. Sé que la madurez no aparece a una edad
específica, pero pese a no ser muchos, ni tampoco pocos años de vida, creo que
estos 33 años me han dado algo de experiencia de vida y creo que algo de
madurez también.
He conocido personas que a una
corta edad han vivido mucho y han afrontado difíciles situaciones y otras que
pese a la gran cantidad de años vividos, no han aprendido nada y a veces siguen
cometiendo los mismos errores.
Determinar si es una persona es
madura o no, no es tarea fácil, porque las personas afrontamos diversas
situaciones, las experiencias de vida y nuestra actitud para afrontar estas
situaciones, sean en lo personal, laboral, económico, amical, deportivo y
muchísimas otras más es lo que van formando nuestro carácter. Sin embargo el
hecho de reaccionar madura o racionalmente ante determinada situación, no
garantiza que reaccionaremos de igual manera ante otra, mucho depende de las
personas implicadas, así como una serie de factores internos y externos para
tomar decisiones.
Hay quienes llevan un patrón de
comportamiento, sea maduro o no, para todas las situaciones y otros tienen
reacciones maduras para algunas cosas e inmaduras en otras. Yo creo que encajo
en este último, no soy una alocada y definitivamente me falta madurar en
algunos aspectos. A esta edad, he empezado a darme cuenta que ciertas cosas en
las que me encaprichabas sin razón o sustento, no eran tan importantes o la
respuesta no era obvia, pero no siempre tome la mejor opción, en otras
ocasiones, las experiencias de otras personas me ayudaron a aclarar mis ideas y
accionares. Y la vida es así, no tienes que vivirlo todo para saber que camino
elegir, no es necesario prenderle fuego a una casa para saber que esta se va a
quemar.
El pasar de los años a veces nos
ayuda a revelar nuestro destino, nuestro motivo de ser en la vida, en algunos
casos como el mío, a veces sentimos que tenemos un abanico de oportunidades y
andamos por la vida sin rumbo fijo. Sin
embargo, caminando se va haciendo el camino y entre buenas y malas
experiencias, vamos aprendiendo.
Lo que los años nos enseñan, no
debe ser olvidado, sino todo lo contrario, aprendido, entendido y de ser posible retrasmitido para
quien necesite de nuestra experiencia. A mi edad no he vivido situaciones
demasiado complicadas, supongo porque estoy protegida por la buena estrella de
mi madre, pero si he aprendido de otros. Quizás no siempre reaccionaré igual,
pero me siento cada vez más con las herramientas, actitudes y conocimientos
necesarios a tomar las decisiones que parezcan más óptimas. ¿Me equivocaré? Tal
vez, pero en eso consiste la vida, en tratar, tomar riesgos, caerse, levantarse
y crecer.
ZONA YOUTUBE
Bueno aquí algunas que se me
antojaron, represent cuba de orishas, Así es la vida de Elefante y dos tranquilas para dormir, Día de Enero
cuando sale el sol de Shakira
Hasta la próxima!!!
Jenn
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